UNA VIDA COMO DE TELENOVELA

UNA VIDA COMO DE TELENOVELA Al restaurante llegó una mujer ya adulta con un muchacho que bien podría tener unos 20 años, la apariencia del chavo era como si hubiera agarrado una buena borrachera una noche antes, me acerqué para preguntar cuál sería la bebida que desearían tomar y la mujer me pidió solamente una cerveza para el y sin más ni más me pidió una hamburguesa de arrachera, supuse que era por la cruda que traía el joven el cual no pronunciaba ni una sola palabra. A el lo veía perdido, como en otro mundo. No faltaron las indagaciones de mis compañeras pues pensaron que podría o ser una cougar con su amante o una madre que había ido a sacar a su hijo de la carcel. La mujer se acercó a mí y me dijo que el muchacho este era de la calle y sufría de esquizofrenia y que le nacía ayudarlo y que por favor si lo veíamos que regresaba le diéramos de comer sin llevarle la contra y ella en su momento pasaría a liquidar la cuenta de lo que consumió. Ese día se fueron y me quedé impactado. Días después la mujer regresó llorando preguntando si no lo habíamos visto, si no había regresado y le dije que no. La señora desconsolada me dijo que tenía tiempo ayudándolo pues veía en el a su hijo que años atrás murió después de fugarse de casa y hundirse en el mundo de las drogas y el alcohol. La señora me dio un abrazo y me pidió que le llamara a un número de celular que me dio si lo volvía a ver. Es momento que no sé nada de ninguno de los dos ¿que habrá sido de ellos?

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